El obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero Ramos, ha realizado una visita pastoral al Colegio Diocesano Santo Domingo de Orihuela. Durante su estancia mantuvo una reunión con la Asociación de Madres y Padres del Colegio, con el Club Deportivo del centro y con el Departamento de Familia. Durante el encuentro los responsables de cada organismo valoraron muy positivamente la relación entre los padres y profesores para bien de los niños.
El director titular del Colegio Diocesano Santo Domingo, José María Fernández-Corredor, informó que el centro acoge a 1200 familias, un colectivo que también necesita ser educado para “ser familias, constituir familia”, afirmó el director quien solicitó la colaboración de los padres para que “todos seamos mejores padres y maestros” y poder dar a los niños lo que necesitan: “cariño, afecto, cercanía, apoyo, interés por ellos”, enumeró el Obispo Rafael Palmero.
El director Fernández-Corredor declaró que en la actualidad “nos encontramos en un momento educativo difícil” y animó a los padres a participar en la educación de sus hijos y a estar presentes en la vida del colegio a través del Departamento de Familia del centro educativo. En este mismo sentido habló el Obispo a la Asociación de Madres y Padres del Colegio Santo Domingo, al Club deportivo del colegio y al Departamento de Familia. Monseñor Rafael Palmero recordó que en la actualidad existen centros de enseñanza en donde los profesores han perdido la autoridad debido a la ausencia de trabajo en conjunto entre los padres y los educadores. “Aquí hay otro ambiente. Se respira de otra manera, pero se puede mejorar. Todo lo humano es perceptible” comentó el Obispo para quien el colegio es una prolongación de la familia. Por su parte, la responsable del Departamento de Familia del centro educativo, Ángela María Conesa, mostró su ilusión en la creación de dicho departamento ya que “había un hueco y había que completarlo. Ahora comienza la comunicación. Nosotros, los profesores, tenemos que preguntar muchas cosas a los padres, y ellos a nosotros” declaró Ángela María para quien el lazo de unión entre AMPA y colegio es fundamental. En el turno de intervención del AMPA su presidenta, Benardina Ortuño, alabó el papel de los padres que “siempre tienen un rato para dedicarle al colegio” y para trabajar en unión con el centro educativo.En la reunión el Obispo Rafael Palmero habló a los asistentes sobre la importancia del apoyo y del trabajo conjunto entre la familia, la parroquia y el colegio. Se trata de tres instituciones que deben trabajar cohesionadas porque es “garantía de éxito para ayudar a crecer a los niños”, enfatizó Rafael Palmero quien analizó que los padres no tienen tiempo para dedicarse con entrega plena a la educación de sus hijos por lo que confían en otras instituciones. Por esta razón, la confianza mutua entre las instituciones es primordial y todas deben “aportar cada una lo que tiene: la familia, el colegio y la parroquia” para conseguir el mismo objetivo. Esta forma de colaboración requiere que las instituciones quieran llegar a la meta con el mismo interés y sacrificio ya que solamente de esta manera se conseguirá el éxito. En este mismo sentido habló el delegado de enseñanza de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Luis Aznar, para quien la institución familiar debe tener una figura en el centro escolar porque “no podemos ir por libres. Tenemos que ir juntos porque somos iglesia. Somos una misma familia y tenemos que trabajar juntos”.
El Obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante afirmó que la educación de una persona no acaba nunca y que “mientras somos peregrinos en esta tierra que pisamos, siempre estamos aprendiendo y tenemos que valorar a los que nos enseñan”. Monseñor Rafael Palmero terminó la reunión recordando una frase de San Agustín: “En la escuela de Cristo todos somos condiscípulos y aprendemos cada día”.
La mejor herencia que un padre puede dejar a su hijo es una buena formación y educación y, para lograrlo necesitamos invertir tiempo en ellos y en nuestra relación con las demás instituciones que hemos elegido libremente para que nos ayuden en esta tarea. Los padres debemos sacudirnos la pereza e involucrarnos en la vida del colegio y de la parroquia de nuestros hijos, y nuestra. También tenemos que plantearnos al cabo del día la prioridad e importancia de las cosas que hacemos. Personalmente, muchas veces he tenido que decidir si hacer alguna tarea de la casa, por ejemplo, o leerle un cuento a mi hijo a la hora de dormir. Algunas veces ha ganado la plancha y otras la sonrisa de mi crío. Y siempre en el primer caso he tenido remordimientos y, en el segundo felicidad.