¡Un día que ha hecho bien a toda la familia educativa del Colegio!, así de esta forma comentábamos la experiencia vivida: D. Rafael venía a un día festivo de convivencia y reflexión, de encuentro y de oración. El colegio se había engalanado de pancartas y color; a las 9,30 de la mañana el Claustro de la Universidad contenía su mayor tesoro: los 1700 alumnos con sus 92 profesores
y demás personal. Fue un acto de acogida significativo, alumnos de cada nivel, un profesor y una madre le dieron la bienvenida con sus palabras. Así, con la fuerza del conjunto de música joven del colegio, se introdujo la oración de la mañana con la Palabra: “Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio”. D. Rafael comenzó con el saludo y significado de la visita dando gracias por la misión y la suerte de existir y pertenecer a este colegio diocesano.
Fue una mañana intensa: todavía antes del recreo comenzó recorriendo aulas de Primaria abriendo personalmente diálogo con los propios alumnos; fue muy cálido el encuentro en su patio con los alumnos de infantil –cimientos del colegio se les llamó- que cantaron la oración del Ángelus. Muy simpáticos fueron los momentos en que los más pequeños rodeaban al Obispo y lo abrazaban.
Después del recreo tuvo lugar una solemne Celebración de la Palabra con todos los alumnos de ESO y Bachiller en el magnífico Templo del Colegio. Fueron profundos los momentos de silencio y escucha ayudados por el Coro de Voces Blancas del Colegio. En relación con el mensaje del Ángelus, el Obispo hizo una reflexión animando a los alumnos a seguir su vocación, con fidelidad, hecho que les conducirá a la auténtica felicidad. Además, manifestó su esperanza en el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
La mañana prosiguió con encuentros en algunas aulas con los alumnos de Secundaria y Bachiller; también con un buen grupo de alumnos que próximamente recibirán la Confirmación: cuál es la acción del Espíritu en sus corazones fue el tema de la reflexión de D. Rafael. El P. José María les encargó la coordinación y animación para la JMJ Madrid 2011.
Paseó saludando a todo el personal por la cocina y comedores, por las oficinas y secretaría. A mediodía estuvo reunido con el director, con el sacerdote formador, con las religiosas Discípulas de Jesús que desempeñan su tarea en el Colegio y con el Vicario Episcopal de zona y Delegado de Educación en la Fe que le acompañaban.
Animando el fortalecimiento del proyecto educativo del Colegio se mantuvo un cordial encuentro en la Biblioteca con el Equipo Directivo, la Asociación de Madres y Padres del Colegio, el Consejo Escolar, los padres del Club Deportivo Escolar y con el Departamento de Familia. Se subrayó el papel primario de los padres en la educación de los hijos, y la necesidad, en este momento desafiante para la educación, de unirnos en unidad de criterios para fortalecer lazos de convergencia entre familia, colegio y parroquias. Como cauce operativo para la acción ya presente, se subrayó la importancia del proyecto de familia y educación generado desde los Secretariados Diocesanos de Enseñanza y de Familia y Vida.
El día con los alumnos se cerró con un sencillo acto de despedida en el que ellos mismos, profesores y padres, manifestaron agra
decidos la visita. D. Rafael valoró la amistad y cariño recibido. El himno “Firmes en la FE” de la JMJ 2011 clausuró toda esta jornada.
El despliegue y voluntariedad de los alumnos más mayores y de tantos profesores hizo que fuese un día inolvidable: el colegio supo “estar” en cada momento, supo gritar, cantar y escuchar, aprender y rezar.
Tras una foto oficial de recuerdo, tuvo lugar un Claustro General de profesores y personal de administración y servicios presidido por nuestro Obispo: centró su mirada en la precisa urgencia y calidad de la generosa entrega personal del educador cristiano. Así se cerró un día en la memorable vida de Santo Domingo de Orihuela. A las 18,10 hrs. D. Rafael abandonaba el Colegio satisfecho.