Ilusión desbordante hasta llegar a Montepinar e iniciar desde allí el tan ansiado ascenso. Siempe a buen ritmo,en algo menos de una hora y con los preceptivos descansos, se llegó a la cima donde la Cruz se mostraba majestuosa y a decir de la mayoría mucho más grande de lo que nos imaginábamos.El descenso lo hicimos por la ladera norte, por la zona de las minas de hierro.Alrededor de mediodía llegamos a la pinada de la ermita de Ntra. Sra. del Pilar, donde comimos e hicimos tiempo jugando hasta que alrededor de las 4 de la tarde ,nos subimos a los autobuses para regresar al Cole, donde estuvimos jugando hasta que se hizo la hora de salir y así dar por terminado un inolvidable día de convivencia en contacto directo con la naturaleza de nuestro entorno.