Inimaginable fue la tarde del sábado 12 de febrero para la ciudad de Orihuela y la Diócesis entera. Nunca un obispo ha tenido una entrada en la que ha confluido el cariño y aprecio de tanta gente.
Tras la tradicional entrada a la ciudad por la Puerta de la Olma en la fachada e nuestro colegio, se dirigió a la Catedral para la Misa de inicio de su ministerio pastoral en la Diócesis.
Al finalizar vino a nuestro colegio donde tuvo una recepción con los obispos y sacerdotes que le acompañaron de distintos lugares de España y de nuestra diócesis.
En la misma participaron alumnos y profesores que fueron voluntarios en la organización. El mismo D. José Ignacio con una impresionante cercanía comentaba que va conociendo muy a fondo de nuestro colegio por todo lo que le llega y que desea crecer con nosotros para el bien que el mundo y nuestros chavales necesitan.
Los tres puntos que destacó en la homilía de la Misa en la Catedral D José Ignacio:
Sobre el primer punto, Mons. Munilla cuestionó: “¿Aspiramos a obtener el reconocimiento de este mundo? ¿Bailamos o dejamos de hacerlo, tal vez, dependiendo de quién nos mire o nos deje de mirar en cada momento?”. “Por ello, me atrevo a proponeros este ideal, y le pido a Dios la gracia de vivirlo yo mismo: ¡Baila como si nadie te estuviese mirando! En realidad, lo único importante es la mirada de Dios. ¡Las cosas son lo que son para Dios, y nada más!”, destacó.
Respecto al segundo punto, “ama como si nunca te hubiesen herido”, el obispo indicó que “el amor y la esperanza cristianas son capaces de reiniciarlo todo desde cero, sin permitir que las heridas del pasado nos descarrilen en el momento presente; más aún, abriendo nuestro corazón para dar una oportunidad a la sanación”. “Amar a fondo perdido no es de tontos, sino que es de sabios. Jesús nos dijo aquello de: ‘no devolváis mal con mal, al contrario, venced el mal a fuerza de bien’ y ‘amad a vuestros enemigos’, y ha llegado el momento de ponerlo en obra”.
En cuanto al tercer punto, “trabaja como si no necesitases dinero”, el Obispo dijo que “la pobreza evangélica no se refiere solamente al dinero –que también— sino a todo apego que nos impida tener un corazón desprendido para poder amar a Dios. Por ejemplo, es clave que vivamos la pobreza de ambiciones y de honores humanos”. Mons. Munilla destacó que “la tarea de la evangelización requiere de nosotros que compitamos por ocupar el último puesto. De pelearnos –si tuviésemos que ‘pelearnos’ por algo—, lo haremos por ocupar el último puesto. Competiremos por coger la escoba y por servir a los más humildes”.
Por si no estuviste:
Texto de la Homilía completa:
https://www.enticonfio.org/homilia/homilia-de-la-toma-de-posesion-en-orihuela-alicante/