Raquel Barba Merlín. DISCURSO DE GRADUACIÓN 2011
Sr. Director y Equipo Directivo, representantes del AMPA, estimados compañeros, padres y familiares, queridos alumnos.
Buenas Noches y Bienvenidos.
La semana pasada, organizando los actos de esta graduación, el Padre José Mª me designó para que en nombre de todo el Claustro de Profesores preparara este discurso.
Ya os podéis imaginar el miedo escénico que me entró, ¿cómo mi mente matemática iba a poder redactar un discurso con coherencia que estuviera a la altura de las circunstancias? Me quedé paralizada, queriendo gritar ¡TIERRA TRÁGAME!
Superada esa primera sensación, me puse a pensar qué podía escribir, ya que en realidad, era todo un privilegio dedicaros unas palabras en este acto tan importante y emotivo.
Acudí, como hubierais hecho vosotros, a INTERNET, “la chuleta del siglo XXI”. Pensé “allí está todo”: Wikipedia, Rincón del Vago y demás webs de asistencia técnica para gente que busca socorro. Y así fue, había una infinidad de discursos de graduación y comencé a leer. Leí, leí, volví a leer, hasta que harta y saturada de información que no me aportaba nada, me dije: “Raquel, apaga el ordenador, coge unos folios y un bolígrafo y escribe aquello que te dicte el corazón “. Y aquí está el resultado.
Algunos de vosotros habéis pasado 15 años aquí. Os recuerdo que yo llevo 16 como profesora en este centro. Lo cual quiere decir, que, además de empezar a sentirme mayor, he crecido como persona, como profesora, como madre y esposa, mientras que vosotros en el mismo intervalo de tiempo, hacíais algo parecido, crecíais como personas y superabais Infantil, Primaria, Secundaria y Bachiller.
Todo aquello que habéis vivido entre estas paredes de piedra antigua, con su punto de magia y misterio, difícilmente lo volveréis a experimentar. Debéis sentiros privilegiados y apreciar lo que se os ha regalado durante todos estos años.
Los importantes valores católicos y humanos que habéis recibido en este colegio son los pilares básicos que sustentan vuestras vidas para desarrollaros como personas. Si además, habéis aprovechado todo este tiempo, asimilando los contenidos académicos que os hemos impartido, seguro que os va a ir bien.
Marcaos un objetivo, y luchad por conseguirlo. No va a ser fácil.
Doy gracias a Dios por haber compartido con todos y cada uno de vosotros, alegrías, tristezas, enfados, suspensos y aprobados. Pido mil disculpas, si, en alguna ocasión, mis palabras no han sido acertadas, pero todo forma parte de esta aventura y sin ellos no habría emoción y no seríamos humanos. Tanto mis compañeros como yo, intentamos transmitiros lo mejor de nosotros, implicándonos en la tarea al máximo, sabiendo, que a veces, es complicado. Aquí estaremos para todo lo que necesitéis.
Hoy debe ser un punto de inflexión en vuestras vidas porque las prioridades, necesidades y objetivos pasan a ser otros y debéis adoptar como lema, la frase que mi hija pequeña aprendió de ese gran personaje de dibujos llamado Buzz Lightyear ¡HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ!. ¡Ya veis, un concepto matemático!Habéis llegado hasta aquí, espero que con los deberes hechos. La Selectividad está a la vuelta de la esquina y “no está el horno para bollos”. Pero bueno, ya habrá tiempo de pensar en ella a partir de mañana.
Hoy debéis ser felices y disfrutar de este momento junto a los vuestros. Reíd, llorad, hablad, que mañana será otro día. Nada volverá a ser igual porque os habéis graduado en el Colegio Diocesano Santo Domingo.
Durante este curso hemos participado juntos en la celebración de momentos muy especiales. Me gustaría que recordarais dos de ellos:
– uno la visita pastoral del Sr. Obispo, en la que como pastor y maestro, nos animó a ir por el mundo anunciando el Evangelio
– y otro, el encuentro con la Cruz de los Jóvenes, que nos invita a participar en la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011. No desaprovechéis esta oportunidad única.
No puedo dejar pasar la ocasión que me brinda este momento para darles desde aquí y de parte de todos los que formamos la Comunidad Educativa, mucha fuerza y ánimos a nuestros compañeros Felipe Martín y la Hermana Ana María para que tengan una pronta recuperación y que en breve vuelvan a compartir con todos nosotros esta aventura de educar.
A estas alturas, ya os estaréis preguntando, ¿cuándo va a terminar la profe de mates? Menos mal que no era de letras. Tranquilos ya queda poco. Os aseguro que no es lo mío la oratoria. Me siento más relajada bailando en la Convivencia. Que por cierto, os felicito por la organización.
En fin, no ha sido tan difícil escribir este discurso. En el fondo no es más que un problema de ecuaciones lineales con 3 ecuaciones y 3 incógnitas, donde las incógnitas son: los alumnos, los profesores y los padres y las ecuaciones son:
– la actitud y trabajo de los alumnos,
– segunda la profesionalidad y dedicación de los profesores
– y tercera la necesaria transmisión de valores en la familia.
Como método de resolución: el amor a la enseñanza.Ya lo decía Galileo Galilei: “las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el universo”.Espero merecer al menos un aprobado. Me he aplicado al máximo en la elaboración de estas palabras.
Quiero agradecer al padre José Mª que me haya dado esta gran oportunidad.
Sólo queda deciros y termino, ENHORABUENA y que seáis FELICES.HASTA SIEMPRE.