José María Fernández-Corredor Soriano, Discurso en la Graduación de 2º de BAT.
Claustro de la Universidad, 27 de mayo de 2011
Estimados amigos:
padres y familiares, especialmente abuelos y hermanos de los graduados,
Hermanas Discípulas de Jesús y compañeros Sacerdotes…
Claustro de profesores y personal de esta casa,
alumnos,
Señoras y Señores todos…
Es para mí la primera vez que estoy en este singular acto en la vida del Colegio. Me impresiona su contenido interior y la memoria agradecida que brota, llena de buenos recuerdos, después de los años que estos jóvenes han vivido, enviados un día por sus familias a este Colegio Católico.
También el marco académico incomparable en el que estamos: este extraordinario Claustro de la antigua Universidad de Orihuela, testigo desde siglos del Saber; de la búsqueda y del desarrollo del conocimiento en generaciones de alumnos en relación con sus maestros.
A vosotros, queridos alumnos, los que hoy marcháis, os he conocido solo durante este ultimo año. He compartido con vosotros pocos, pero buenos momentos: recuerdo encuentros a nivel personal con alguno compartiendo inquietudes; las celebraciones de la Eucaristía y el tiempo para las Confesiones, vivido todo con respeto; el viaje a la nieve para ejercitarnos como unos buenos esquiadores; y la gran fiesta de la convivencia desarrollada por vosotros. Como no, recordar del pasado mes de marzo, la vivencia de la celebración de la Confirmación en el Colegio, preparada con esmero y profundidad también en intenso retiro espiritual.
Puedo decir que sois gente con buenas intenciones: os digo que vuestra verdadera sabiduría hoy, además de conocer las ciencias, está en que si sois sabios, inteligentes, es si de verdad sabéis distinguir el bien del mal, la voluntad de Dios, si sois capaces de no dejaros manipular por lo fácil y si sois capaces de vencer la tentación que os hace egoístas encerrándoos en vosotros mismos.
Este Colegio existe porque Cristo dijo un día a los Apóstoles “Id al mundo entero y enseñad”. Hoy nos sigue llamando para que los cristianos seamos en el mundo “fermento”; para ser levadura escondida que de esponjosidad de caridad y justicia en la verdad, a la masa de esta tierra un tanto hoy deforme e injusta.
Os marchareis muchos a la Universidad o a otros centros de estudio; otros os insertaréis ya en el mundo laboral. Las palabras de envío misionero de Cristo os piden desde vuestro interior que si queréis ser libres, no os debéis dejar esclavizar por las ansias de ganar mucho dinero, ni por ser unos grandes jefes para que todos os sirvan. Sabed que el poder y el tener no os van a dar nunca la verdadera felicidad. El Colegio Católico de Santo Domingo de Orihuela existe para haceros críticos frente al pensamiento único que se nos impone desde otras instancias de poder; para haceros razonar qué es lo mejor para vosotros y para este mundo. Os hemos enseñado a ser libres y responsables, a que tengáis razones para elegir siempre lo superior y lo mejor para ti y para el otro, a qué sepáis decir no a lo que aparentemente es divertido y fácil y que os secuestra vuestras valientes y generosas decisiones.
Nuestra sociedad os necesita: necesita hombres y mujeres inteligentes, despiertos, con vida interior, con sólidos criterios para luchar por la transformación que todos necesitamos. Esta es la tarea evangelizadora de la Iglesia: transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento,… y los modelos de humanidad que están en contraste con la Palabra de Dios. (Cfr. Pablo VI. Evangelli Nuntiandi, La Evangelización del mundo contemporáneo). Ya os he dicho alguna vez en este curso que el origen de las crisis que padecemos está en una crisis moral, en una crisis de verdadera humanidad que no sitúa el valor de la vida humana y la justicia en los centros de interés.
Queridos amigos, el mundo os necesita como profesionales cristianos para actuar como levadura en la masa de este mundo. Pero antes que profesionales os digo que necesita, así como también valientes y actuales sacerdotes y religiosas, matrimonios cristianos comprometidos. Necesita Familias. Buscad el verdadero amor en pareja; reconoced que no amaréis de forma auténtica hasta que no maduréis, sin prisas, y podáis pronunciar un día entre un hombre y una mujer, casándoos en la Iglesia, un “te quiero”, un “sí”, dado en fidelidad para toda la vida, en exclusividad, y abierto a recibir y a educar a vuestros hijos que vendrán.
Os vais del Colegio en el año de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, allí estaremos muchos jóvenes de este Coleg
io, de España y del mundo entero. El paso de la Cruz nos llamó a dar respuesta a nuestra fe: ¡Firmes en la Fe! reventando nuestros oídos hemos escuchado muchas veces en este año. Nos dice que no vacilemos en nuestra vida, que como para que el árbol sea resistente y de frutos necesita buenas raíces, así nosotros hemos de arraigarnos en la vida y misión de Cristo que vive en nosotros. En Madrid este verano, podremos comprobar que es posible ser moderno y seguir a Cristo.
Dejadme que vuelva a parafrasear el Evangelio proclamado en la Eucaristía: “Id y haced discípulos” por el mundo entero. No habéis nacido para estar toda la vida en este Colegio, sino para salir de él arraigados en la ciencia y la fe en Cristo y ser las personas, las valientes e íntegras personas que este mundo necesita. Aquí tendréis siempre vuestra casa y vuestros maestros.
Muchas Gracias.